En mayo de 1913, Francesc Enrich dejó su pueblo natal de Argençola para instalarse en Barcelona y aprender el oficio de panadero. En 1921 abría su propio horno en el Barrio de Sants, donde años después enseñaría el oficio a su hijo y más adelante a su nieto, que continuaron con el negocio familiar.

Cuatro generaciones más tarde, continuamos viviendo con la misma pasión este noble oficio, haciendo buen pan: pan hecho con calma.

Desde sus inicios, en Enrich mantenemos el valor de la artesanía, elaborando nuestros productos a diario siguiendo el método tradicional, y poniendo la innovación al servicio de la tradición, creando nuevos sabores, formatos y texturas, para ofrecer un pan sabroso, saludable y de calidad, que alimente el cuerpo y el paladar.

Nuestra masa madre de cultivo natural, elaborada de forma natural a partir de frutos de la mediterránea, combinada con largos procesos de fermentación, es uno de los pilares que muestra el compromiso de Enrich de hacer buenos panes. En Enrich sabemos que el pan hecho con calma y con tiempo, trabajado lentamente, desarrolla más sabor y aromas, se conserva mejor y es más digerible.

Utilizamos harinas de diferentes cereales, molidas a la piedra, ecológicas, así como otros ingredientes de primera calidad, que resultan en una extensa gama de especialidades que sean del agrado y se adapten a los gustos de todos nuestros clientes y a las necesidades de un universo gastronómico que evoluciona constantemente.

Nuestra historia en números

0
Años de experiencia
0
Tiendas propias
0
Variedades de pan
0%
Pasión