Bueno, más que un café, ella es más de un refresco de Cola … ella es Vanesa Rasero, una apasionada de su familia, de viajar, y de su trabajo como supervisora ​​comercial en Enrich.

El trabajo … ¿una afición?

Pues sí, me siento muy afortunada porque trabajo de lo que me gusta. Me gusta el hecho de que cada día sea diferente, inesperado, y tener que estar alerta para saber cómo afrontar cada situación. Me gusta tratar con las personas de mis equipos y darles apoyo.

¿Así que siempre has querido dedicarte a ello?

Mis padres siempre tuvieron negocios de hostelería y desde muy jovencita he trabajado con ellos. Esto me enseñó a valorar su esfuerzo y el coste de la vida.

Pero por otro lado, también miraba de sentirme independiente y tener autonomía, buscando otros trabajos fuera del entorno familiar. Estudié muchas cosas que me atraían, pero ninguna acababa de encajar conmigo y acabé volviendo a mis orígenes, al frente del negocio familiar.

Y de la hostelería a la panadería, ¿cómo ha sido el salto?

Un cúmulo de circunstancias personales me llevaron a vivir en Sitges con mi pareja. Mi llegada aquí coincidió con el traslado del obrador de Enrich a Sitges y con la inminente apertura de la tienda de Mas Alba, donde empecé como dependienta en junio de 2010.

¿Fue un reto para ti o una continuidad en tu profesión hasta el momento?

Desde el principio, la tienda de Mas Alba fue un reto para todos, no sólo para mí. ¡Una panadería en un polígono! Era un concepto innovador que rompió cualquier esquema y expectativa, y que me cargué a la espalda como si fuera mi propio negocio. Aunque el mundo del pan era nuevo para mí, me contagié de la ilusión y la dedicación de Rosa, quien me lo enseñó todo, y de la pasión de la familia para hacer buen pan y venderlo bien.

¿Qué supuso el éxito de esta tienda?

Crecimiento. Para Enrich, el crecimiento fuera de Barcelona. Y para mí, crecimiento profesional en un mundo que me enamoró desde el primer día.

A los 6 meses de abrir Mas Alba, vino la otra tienda de Sitges, en la calle Jesús, que ayudé a arrancar y formar a la primera encargada, convirtiéndome en la Supervisora ​​de la zona. Una zona que se expandió con las tiendas de Vilanova, Vilafranca, Las Arenas, Castelldefels, Reus y, este año, Tarragona.

Con tantas tiendas, no debes parar quieta …

¡Ya lo puedes decir! Por suerte, ya es normal en mí lo de no parar quieta (ríe). Cada semana procuro visitar todas las tiendas de la zona, para controlar la calidad de producto y la exposición, revisar el orden y la limpieza, escuchar las sugerencias de los equipos, ayudar con la selección y organización del personal, hacer seguimiento de los proveedores. .. Todo ello hace que no haya dos días iguales, en especial cuando hay “Diadas”.

¿Y que las hace especiales, a las “Diadas”?

Cuando llega una “Diada”, como San Juan o Navidad, tengo una mezcla de sensaciones, de ilusión, de nervios … procuro que esté todo controlado, ya que para nuestros clientes también son días especiales y queremos estar en lo más alto. Son días muy intensos, donde te juegas mucho en poco tiempo, donde los productos especiales de aquellos días han de lucir más que nunca. ¡Incluso miro el tiempo que hará para prever cómo podría afectar al pan!!

Ya son 8 años que estoy aquí y que me han dado para mucho: me he casado, he tenido 2 hijos y he inaugurado 9 tiendas.

Y espero seguir sumando años y tiendas a Enrich: a pesar del estrés que supone, cada apertura me hace subir la adrenalina y sentir que estoy dándolo todo.

Por último, como buena panarra, ¿qué pan nos recomiendas?

Para mí, uno de los panes estrella es nuestra barra Enrich. Es un pan sabroso, queda bien con todo, y nos diferencia. Y los croissants mini!! Estoy “enganchada”.